jueves, 18 de noviembre de 2010

Yahweh Ben Yahweh

Día 6 de noviembre de 1990. Una espléndida limusina color crema, conducida por un distinguido chofer, se detiene ante el hotel más bonito de Nueva Orleans: el Monteleone. Un hombre negro de cincuenta años baja del vehículo. Va totalmente vestido de blanco y tocado con un turbante, y lleva una poblada barba semicanosa. Le acompañan también dos guardaespaldas armados. Él todavía lo ignora, pero está viviendo sus últimos instantes de lujo. Antes del alba, será detenido por una escuadrilla de agentes del FBI, provistos de fusiles M16.

Yahweh ben Yahweh, Dios vivo y gran maestro del Templo del Amor, es acusado de al menos catorce asesinatos. Se le acusa, fundamentalmente, de haber ordenado a sus esbirros matar a "diablos blancos" y luego llevarle sus orejas a guisa de trofeo. Yahweh también habría hecho asesinar a varias personas que rechazaban sus prácticas como estafador y sus desahucios ilegales.

Dios Hijo de Dios, logró construir un verdadero imperio del crimen declarándose mesías.

Según el Registro Civil, nuestro hombre se llama Hulon Mitchell Junir. Nació en Enid, en Oklahoma, el 27 de octubre de 1935. Hijo de pastor, es el mayor de quince hermanos. Desde muy pequeño canta gospel en público, en el seno de una coral religiosa y familar: los Musical Mitchell. Más tarde, ingresa en la universidad y obtiene los diplomas de economía y psicología. Al mismo tiempo, milita en favor de los derechos cívicos bajo la dirección de martin Luther King.

Sin embargo, su carácter "iluminado" no tarda en imponerse. Tras haberse adherido a una sociedad rosacruciana, en 1965 abraza el culto islámico y nacionalista negro de los Black Muslims, entonces dirigido por Elijah Mohamed y Malcolm X. LLegaría incluso a dirigir una mezquita en Atlanta, con el seudónimo de Hula Shah.

No obstante, a principios de los años setenta se reconcilia con el cristianismo y funda en Atlanta la Modern Christian Church (Iglesia Cristiana Moderna). Pero, a pesar de la espléndida limusina del reverendo, el asunto no cuaja. Porque Hulon Mitchell ya se ha percatado de que, a través de la religión, es posible hacerse increíblemente rico.

Tras el fracaso de la Iglesia Cristiana Moderna, pasa unos años perfeccionando su nuevo invento, el Temple of Love, que lanza en 1978. Convertido en Yahweh ben Yahweh, capta cerca de diez mil adeptos en menos de cuatro años.

Mitchell se define ahora como un Dios vivo. Nacionalista radical, preconiza la lucha a ultranza contra los "diablos blancos" y les explica a los negros que ellos son los auténticos israelitas. Además, al ingresar en la secta, todos los recién llegados adoptan el nombre propio de Israel. En cuanto a los judíos, según él encarnan "la sinagoga de Satán".

¡Y funciona! Entre 1980 y su detención en 1990, Yahweh se convierte en uno de los negros más ricos de Estados Unidos. Propietario de más de cien inmuebles en Miami, Los Ángeles y Atlanta, se pasea en lujosos coches blancos y exhibe con orgullo a sus siete esposas. Es preciso decir que el mesías es un enérgico hombre de negocios, especialista en el sector inmobiliario. En Miami, las autoridades le profesan un gran aprecio. Así, un periodista del Miami Herald explica en 1990 que "Yahweh es un auténtico fenómeno en la comunidad negra. Ese tipo limpia las zonas infestadas de la droga utilizando los peores métodos. Eso contenta a todo el mundo". Porque el nuevo Dios instala sistemáticamente sus Templos del Amor en los guetos más peligrosos. Así es como la Nation of Yahweh (nuevo nombre del grupo) abre supermercados, moteles, lavanderías, una imprenta, garajes e incluso empresas de obras públicas. Todos estos establecimientos los llevan militantes con turbantes, que también venden mostaza Yahweh, champú Yahweh y café Yahweh. En las escuelas Yahweh, los niños recitan todos los países del mundo -Grecia, Finlandia, Polonia...-, antes de empalmar curiosamente con la lista de elementos químicos: litio, mendelevio...

Incluso un abogado, Ellis Rubin, no escatima elogios sobre el mesías negro: "¡Este hombre es un milagro! ¡No tengo conocimiento de que no sea Dios!".

El alcalde de Miami, Xavier Suarez, le es igualmente favorable. Tal vez le debe su elección al apoyo incondicional de Hulon Mitchell y a su bloque de cuatro mil votos "seguros". Un cuadro muy idílico que se oscurece poco a poco, a medida que se suceden los asesinatos no resueltos.

En 1981 se descubre en un parque de Miami el cuerpo de un joven de veintiséis años, Aston Greene. Les había comunicado a sus amigos su deseo de abandonar la secta. Fue decapitado con un machete.

Mes tras mes, los crímenes se multiplican. A principios de los años ochenta, la Nation of Yahweh cae en el salvajismo más absoluto. La tensión va en aumento hasta el 28 de octubre de 1986, un día fatal. Dios Hijo de Dios ha adquirido una manzana de casas más o menos insalubres, situada en un barrio pobre de Miami, Opa-Locka. Planea llevar a cabo una operación que acostumbra realizar: hacer que sus devotos rehabiliten los inmuebles, antes de revenderlos a un precio superior. El problema es que las viviendas están habitadas por familias que no tienen ningún deseo de trasladarse. El mesías, seguro de su poder, rechaza cualquier tipo de negociación. A media noche, ordena a un batallón de setenta y cinco adeptos que se lance al ataque con barras de hierro y cócteles molotov. Al día siguiente, dos de los inquilinos expulsados testifican ante las cámaras de televisión. Esa misma noche son asesinados. Yahweh utiliza métodos expeditivos. Pero el asalto a Opa-Locka dirige los focos hacia la secta. Lentamente, la verdad aflora. Se descubre que el mesías es un tirano implacable, que golpea a los niños co un mazo y vierte salsa de barbacoa sobre sus heridas. En lo que se refiere a las mujeres, son víctimas de un sistemático "derecho de pernada".

Hulon Mitchell, encarcelado desde 1990 a causa de numerosas acusaciones (catorce asesinatos, estafa, extorción, etc.), ha perdido a parte de sus discípulos. No obstante, en la actualidad la Nation of Yahweh prosigue sus actividades. En 1990, la secta poseía un activo de cien millones de dólares. En cuanto al mesías, intenta hacerse pasar por una víctima de los "diablos blancos". Queda lejos la época en la que Yahweh ordenaba a sus discípulos "Mata a un demonio blanco y tráeme una de sus orejas...

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