En el aniversario de Michelangelo Buonarroti compartimos 10
circunstancias de su vida y su obra que probablemente te hagan admirar
más, mucho más al artista.
El
Renacimiento es, desde varias perspectivas, una de las etapas más
brillantes en la historia de la civilización humana. Sin pecar de
colonialismo, es posible reconocer en esta época uno de los “momentos
estelares de la humanidad”, según la expresión del escritor Stefan
Zweig, una constelación en la que prácticamente todas las disciplinas
intelectuales, artísticas y científicas conocieron una cúspide de genio y
talento.
De entre la baraja de creadores
renacentistas, en la que sin duda es difícil elegir y jerarquizar, el
nombre de Michelangelo Buonarroti brilla con algo más que luz propia, un
hombre que legó a nuestra cultura obras que ya forman parte de nuestra
memoria colectiva, esa especie de código genético cultural en el que
nuestra especie se reconoce. El David, la creación de Adán y otros
frescos de la Capilla Sixtina, La Piedad, son ya creaciones reconocibles
prácticamente de inmediato, acaso el sello que corona la actividad
artística verdaderamente auténtica y exitosa.
Con todo, es posible que esta fama no se
extienda totalmente a su creador y haya circunstancias de su vida y su
actividad que posiblemente no conozcas. Aquí 10 posibles detalles de
Miguel Ángel que, quizá, te hagan aumentar tu admiración por este genial
artista.
El reconocimiento le llegó pronto
Miguel Ángel esculpió tanto La Piedad como el David antes de los 30 años.
Por Rafael Miguel Ángel terminó en la Capilla Sixtina —aunque no según lo planeado
Según la leyenda, Rafael pidió al
arquitecto Donato Bramante que convenciera al papa Julio II de que
Miguel Ángel adornara las paredes y los techos de la Capilla Sixtina,
sin embargo, el propósito secreto de Rafael era que, al ver los frescos
de Miguel Ángel y compararlos con los suyos, todo mundo se daría cuenta
de la superioridad de talento del conspirador. Pero el plan no funcionó
y, al menos en términos estéticos, nadie cuestionó la labor de
Buonarroti.
El apodo de Miguel Ángel
Modestamente: “Il Divino”.
Miguel Ángel poeta
Las artes visuales fueron,
justificadamente, la fuente de reconocimiento para Miguel Ángel, este
también incursión en las letras, concretamente en la poesía de tipo
amoroso y erótico, sobre todo con composiciones netamente renacentista
como el soneto y el madrigal. Aquí un ejemplo en tarducción de L. A. de
Villena:
No tiene el gran artista ni un concepto
que el mármol en sí no circunscriba
en su exceso, mas solo a tal arriba
la mano que obedece al intelecto.
El mal que huyo y el bien que prometo,
en ti, señora hermosa, divina, altiva,
igual se esconde; y porque más no viva,
contrario tengo el arte al deseado efecto.
No tiene, pues, Amor ni tu belleza
o dureza o fortuna o gran desvío
la culpa de mi mal, destino o suerte;
si en tu corazón muerte y piedad
llevas al tiempo, el bajo ingenio mío
no sabe, ardiendo, sino sacar de ahí muerte.
Falsificador
En cierta forma, el genio y el talento
son también la base del engaño: depende del artista elegir cómo va a
engañar a su público. Se dice que en vida Miguel Ángel manipuló de tal
modo una escultura suya de Juan el Bautista para que uno de los Médici,
Lorenzo di Pierfrancesco, banquero y político, la vendiera como si se
tratarse de una pieza antigua. Y si bien al final el comprador descubrió
el timo, quedó tan impresionado por el fraude que incluso invitó a
Miguel Ángel a Roma.
Su contribución a la guerra
Como Arquímedes en el sitio de Siracusa,
Miguel Ángel también tuvo participación en un conflicto armado, en su
caso ayudando a fortalecer la ciudad de Florencia durante los disturbios
ocurridos a partir de 1527 y hasta 1529, cuando el pueblo defenestró el
gobierno de los Médici.
Su proyecto más largo
Sorprendentemente, Miguel Ángel pintó
los frescos de la Capilla Sixtina en tan solo 4 años, pero la tumba de
quien lo llevó ahí, el ya mencionado papa Julio II, fue un proyecto que
finalizó solo después de 40, en 1405, una labor que culminó de manera
épica, con su Moisés como sello distintivo.
Miguel Ángel arquitecto
Ya septuagenario, Miguel Ángel recibió
el encargo de diseñar la Basílica de San Pedro, el cual realizó pero no
pudo ver terminado.
La censura
Como habitualmente ha sucedido con los
grandes artistas, la censura persiguió a Miguel Ángel durante su vida,
especialmente cuando la Iglesia Católica lanzó la Contrarreforma y, en
el caso de sus obras, mandó cubrir las partes pudendas de los hombres y
mujeres mostrados. En esta prohibición destaca el caso del Cristo della
Minerva, cuya genitalidad fue disimulada tras una hoja de parra que se
mantiene hasta la actualidad.
La primera biografía de un artista
El género biográfico, tan popular
especialmente desde el siglo XIX, nació para los artistas con Miguel
Ángel, pues solo hasta que se publicó su biografía, a cargo de Giogio
Vasari, nadie se había preocupado por preservar testimonio de la vida de
uno de su gremio..
[Huffington Post]
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